domingo, 5 de setembro de 2010

89 - HIJOS DE DIOS (CONTNUACIÓN IV)

Todavía tengo aquí la hija, Solange, que es la segunda en edad, para ser analizada en ese aspecto de la “inteligencia”… Como entre los tres mayores tienen poca diferencia de edad, ella ya llegó a participar de la misma sala de aula junto con uno u otro de los hermanos.
A pesar de ella haber sido considerada siempre también de inteligencia brillante, era considerada un grado debajo de los otros dos hermanos, pues estos eran considerados genios…
Pero ella manifestó más tarde, aquello que hoy en día está siendo llamado Inteligencia Emocional, en contraste con la Inteligencia Racional y Racional Intuitiva de los otros dos hermanos.
Cuando llegamos a Japón, trabajábamos y vivíamos juntos mi hija, el hijo menor, mi mujer y yo. Los otros dos hijos fueron empleados en empresas distantes por la organización que regulaba el flujo de mano de obra extranjera.
En los conflictos que yo tenía con mi mujer, que no eran nuevos, y por el hecho de yo estar en el país en situación legal debido a ser casado con ella que era descendiente de japoneses, ella exigió que a partir de entonces sería ella que tomaría las decisiones de los “rumbos” a ser seguidos por la familia, alegando incluso que yo no era “confiable”, que mi cabeza estaba “estropeada”, y otras “afirmaciones despreciativas” sobre mí, para justificar su decisión de pasar para ella el control de la vida familiar (varias veces en el pasado, yo ya había intentado pasar para ella algún “control decisorio” sobre los rumbos a ser seguidos por la familia, pero tuve que desistir para que no cayésemos todos por “precipicios” que ella era incapaz de ver abriéndose a nuestra frente).
La primera decisión que ella tomó por tierras nipónicas, fue la de dejar con ella todo el dinero de las “economías familiares”, para ella administrarlo…
Resultado: Ella se encontró de repente con un dinero en la mano que nuca antes había tenido (cuando la conocí, ella solo tenía deudas y mi primera aproximación de ella fue para prestarle dinero y librarla de la justicia que sus creedores habían accionado contra ella; a partir de ese día, mi relacionamiento con ella tuvo siempre ese cariz: yo saldando las deudas que ella contraía y nunca conseguía pagar, o resolviendo los problemas que ella creaba y no conseguía resolver sin mi ayuda). Las “economías familiares” duraron apenas un día o dos en sus manos: ¡desapareció todo él dentro de casa!... Ella no se acordaba de donde lo había dejado; revolvió el alojamiento donde estábamos instalados varias veces, pero nada del dinero aparecer. Hasta empezamos a sospechar que el dinero habría sido robado en algún descuido nuestro, a pesar de que esa hipótesis era poco probable, pues difícilmente el alojamiento quedaba vacío y si esto ocurría, teníamos mucho cuidado de dejar todo bien cerrado... Empecé a pensar que ella podría sospechar de mí… Antes que ella dijese cualquier cosa, yo empecé a bromear con ella: -Ese dinero debe estar a estas horas en alguna cuenta secreta en Suiza, en nombre de alguien que puede estar por estas proximidades… Y yo diciendo eso y poniendo “cara de santo”… ¡Casi me araña!... Después de dos semanas de incesantes buscas dentro del alojamiento, al fin ella lo encontró: Estaba dentro de un sobre junto con el resto de papeles y material plástico, esperando el día de la colecta pública de aquél tipo de basura (incluso, el dinero se salvó por otro “descuido” de ella, pues dos o tres días antes había pasado el camión de colecta de aquél tipo de basura, y había olvidado de ponerlo en la puerta en el día y hora establecidos)…
Me parece que aquél episodio sirvió para ella tomar mejor noción de sus limitaciones y delegó para Solange la “función administrativa familiar”… Y con el pasar del tiempo y por mis observaciones directas o a distancia, Solange fue se transformando en una especie de “líder natural” de la familia… Y no paró por ahí, pues su opinión y consejos pasaron a ser buscados en el ambiente de trabajo y hasta por los propios empresarios japoneses de la fábrica donde trabajábamos… Hasta las propias autoridades del municipio pasaron a buscarla para intermediar como traductora en problemas surgidos con la población de origen brasileña e hispánica…
Esas características que Solange manifestó con el transcurrir del tiempo, corresponden a aquello que se entiende por Inteligencia Emocional… El Sol estaba en Sagitario cuando Solange nació, lo que también es coherente con la inclinación atribuida a esos individuos, de ser una especie de Armonizadores en los Relacionamientos Sociales…
Cuatro hijos inteligentes, cuatro formas diferentes de manifestación de la Inteligencia… Si ellos son lo que son y están donde están, debe ser porque es así que tenía que ser según Planos Mayores que existen más allá de nuestra influencia y comprensión de humanos y limitados padres de críos que nacen de nosotros (y frecuentemente contra nuestra “voluntad consciente”)…
Ubatuba – 11 / XI / 2000.

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