segunda-feira, 24 de janeiro de 2011

159 - HEDIONDEZ


Nada cuesta tanto como aquello que recibimos gratis. Thomas Fuller

Mi última compañera estuvo dándome casa, comida, coche, “sábanas calientes”, todo aparentemente gratis: ¡Cuando me di cuenta estaba queriendo comprar “sus derechos” sobre mi vida, mis actos, mis pensamientos y mi voluntad!... ¡La mandé a plantar patatas!...
Existen muchos casos de personas que se despeñan por los precipicios de la vida después de haber alcanzado “las alturas” por un golpe de suerte (ganar en la lotería, es el caso típico) y sin haber luchado para alcanzar aquella elevación…
Peor es todavía el caso de aquellos seres (bastante abundantes por aquí en Brasil) que ni esperan recibir las cosas “gratis” y roban y hasta matan para obtener las cosas sin ningún esfuerzo… Esa es una situación anómala para un país, agravada todavía por la existencia de muchos “falsos hombres de bien” que defienden esos malhechores por ser ellos su propio “negocio de alta rentabilidad”: En la semana pasada, hasta el propio Presidente de Brasil se declaró abiertamente contra las manipulaciones de representantes del Derecho Civil, que se especializaron en defender los líderes de la marginalidad brasileña… Aquellos no solo defienden estos, como también cooperan solapadamente con ellos, llevando teléfonos celulares para las prisiones donde están “hospedados”, y desde donde organizan los atracos a bancos y otras actividades de los marginales que andan sueltos por las calles… Esos “abogados del diablo” estaban se negando a permitir ser revistados al entrar en los presidios para visitar sus “importantes clientes” que allí dentro viven, y hasta el propio Presidente del país fue obligado a se manifestar públicamente y decir que ellos tienen que ser revistados como cualquier otro ciudadano común…
El “olor de podrido” no emana apenas de la “ralea” de este país: ¡la mayor podredumbre por aquí, está escondida debajo de elegantes trajes y vistosas corbatas!...
¡Ah, “hombre viejo”!... ¿Será que tu “pasarás” de esta vez sin provocar los desastres bíblicos y pré-bíblicos del pasado?...
Cavalcante – 4 / VII / 2002.

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