Actualmente la acción del llamado “hombre civilizado” sobre la Naturaleza, puede ser simbolizada a través de la historia de Mickey Mouse, en su papel de “aprendiz de hechicero” en la película Fantasía, el cual activó fuerzas de la Naturaleza que no conseguía controlar y que amenazaban exterminarlo… Pero el cacique Seattle ya tenía esa consciencia en el Siglo XIX y así alertaba al Presidente: Estáis desencadenando tormentas y éstas podrán ahogarlos…
Recientemente el físico Lovelock, creador de la Hipotesis Gaia, declaraba que el proceso destructivo que desencadenamos sobre la faz de la Tierra es irreversible y el “desastre final” a éstas alturas es inevitable…
A pesar de todos los avisos, antiguos y recientes, no renunciamos a abandonar esa nuestra “querida bomba – reloj” que se encuentra camuflada entre nuestro equipaje lleno de “artefactos manipuladores de la Naturaleza” que creamos y cargamos, equipaje esa que designamos con la máxima: Desarrollo a cualquier precio… disimulamos nuestra “bomba” cubriéndola con papeles coloridos de “buenas intenciones ambientalistas”, pero continuamos a cargar la bomba con más TNT en nuestra “carrera por el progreso”… Pero ¿Qué “progreso” es ese que perseguimos con tanta insistencia e incluso de forma obsesiva?...
SIGUE --->
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