sexta-feira, 26 de março de 2010

41 - CAMINOS CONVERGENTES


Hoy me recordé de una vivencia transcendental (ya relatada en otros lugares) ocurrida quince años atrás conmigo y que duró aproximadamente dos horas. Otros me parece que ya sintieron ese tipo de “vivencia”, y la definieron como una sensación de saber que “apenas” estamos en este mundo, pero que al mismo no pertenecemos en nuestra “esencia más profunda”… Todo dentro de mí era paz, beatitud… el mundo a mi alrededor, a pesar de ser percibido por los “sentidos habituales” como “el de siempre”, era “impregnado” por la paz que emanaba de mí, lo que me hacía sentir todo el mundo a mi alrededor en una perfecta orden y armonía, diferente de la forma usual de “sentir el mundo”… Esa “perfección” externa era un reflejo, o proyección, de un estado de Perfecta Orden Interior que emanaba de mí, yendo para “el mundo” y volviendo de nuevo a mí… ¡yo percibía ese Nuevo Mundo, a través de mis “sentidos habituales” y otros “nuevos e inhabituales sentidos”… ¡Yo me sentía en perfecta armonía con el TODO!... Yo era apenas “espectador” del mundo, a pesar de tener “una parte de mí” (la más grosera sin duda) injerida en él… yo era Plena Conciencia sin interferir en nada; sin deseos, sin intenciones, sin “planes mentales” en relación a “todo aquello” que yo percibía a mi alrededor…
Yo quería continuar para siempre en aquél estado de Contemplación Sin Envolvimiento… ¡Pero mi Voluntad no valía allí!... alguna VOLUNTAD mayor que la mía (seguramente la misma que permitió que yo “vivenciase” aquello) decidió que yo perdiese el “contacto” con aquél NUEVO MUNDO… ¡No había llegado todavía “la hora” de tornar permanente aquél Nuevo Estado de Ser!…
Y el hecho nuevo que me vino hoy a la memoria, no relatado todavía, es sobre el “estado de ser” que precedió la “Vivencia en sí”: aquéllas dos horas fueron la culminación de un “estado de gloriosa exaltación interior” que se instaló en mí algunos días antes. Y ese “estado de ser” substituyó otro anterior de “extrema tensión interna” que se había instalado dentro de mí después de las catástrofes ocurridas con mis “emprendimientos alternativos” (Proyecto Rumbo al Sol y Proyecto Matão).
En los días anteriores a la “vivencia”, la tensión que me oprimía habitualmente, vino a ser substituida por un estado de alegría exaltada, era como si hubiesen descargado de mis hombros alguna carga invisible y muy pesada de “compromisos” que yo tuviese para con el mundo. Lo que provocaba aquél cambio, no pasaba por la “cabeza”… ¡venía de algún lugar mucho más profundo que ella!… Mis “perspectivas de vida” en aquél momento, si analizadas fríamente, “vía cabeza”, eran de total incertidumbre, principalmente por el hecho de tener la responsabilidad de cuidar del futuro de una familia entera sobre mis espaldas… Mas aquél “sentimiento” que me hacía andar “por ahí” riendo sin “motivo aparente”, venía de algún otro Centro Interior que no era regido por la lógica…
Estados de Conciencia esos, difíciles de ser explicados, tanto las dos horas de “culminación apoteósica”, como los días de “exaltación menor” que las precedieran…
Aquél estado anterior a la “vivencia transcendental”, me recuerda al estilo celebrativo que Osho establecía sobre sus seguidores como “forma de vivir”, y no recuerda en nada la Pasión de Jesucristo… Y hoy aquí yo me pregunto: ¿Cual es el verdadero “camino” a seguir para llegar a estar más próximo de Dios, para ser mejor “vehículo en la Tierra” de Él?... ¿La negación del mundo por la Pasión de Cristo, o la “afirmación” del mismo por la “celebración” de Osho?... O todavía… ¿La “negación” de éste y de cualquier “otro mundo” que Buda recomienda?...
Al recordar aquélla mi Vivencia Transcendental, normalmente la interpreto en la actualidad como si hubiese sido un Consuelo a mí enviado por Aquél Mayor, “consuelo” ese que aparece a veces en Imitación de Cristo como siendo alguna especie de “aliento” venido de los Cielos, en ocasiones en que estamos necesitando de un “aire extra” para continuar por los “caminos de la vida” en dirección a Dios…
Caminos, encrucijadas, la incertidumbre en la hora de escoger… Vivencias del Otro Mundo, que de repente aparecen en nuestras vidas de forma inesperada, sin que las busquemos… ¿Porqué se culpar?... ¡Agonía y éxtasis del vivir!... Vivimos en la Caverna Platoniana… ¡Vislumbres a veces nos llegan procedentes del Mundo de la Luz!... ¿Cuál el “camino” que nos cabe a cada uno seguir para llegar hasta Él?...
Alto Paraíso – 7 / I / 1999.

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