terça-feira, 10 de agosto de 2010

76 - EL MONASTERIO


Estuve hoy en el Monasterio Soto Zen… Me reencontré con el “anti-mentalismo”… Es la caminata en la “dirección contraria” a la que habitualmente seguimos: en vez de buscar comprender mejor “este mundo” y “otros mundos” (con el objetivo de dominarlos siguiendo nuestro “impulso antropocentrista” básico) los monjes zen buscan “desaprender”, intentan estar cada vez más sintonizados con el “aquí y ahora”, sin elucubraciones desnecesarias…
¡Un verdadero contraste!... El “carnaval esotérico” vivido en Alto Paraíso que reflejaba en 3 / II / 2000 (entre otros días) se contrapone a la simplicidad de este Monasterio…
Dentro de mi “línea de raciocinio” de los últimos tiempos, ese “contraste” se refleja hasta mejor en las obras realizadas: mientras A. P. hierven las “ideas geniales” y las “empresas faraónicas” (empezadas y no acabadas) para “re-orientar” el Universo, aquí al contrario, empiezan por “ideas simples” pero efectivas… Los monjes por aquí están modificando el “medio ambiente degradado” por el ser humano tradicional, para recuperarlo e introducir un “Principio de Armonía” Hombre / Naturaleza… Y hacen eso de una forma visible y palpable, que hasta tiene el apoyo de “poderosos de este mundo” que ya se percataron de la necesidad de establecer “nuevas formas de relacionamiento entre el Hombre y la Naturaleza”… Resultado de eso: donde antes se había iniciado un proceso de degradación y hasta de desertificación como consecuencia de la “mano del hombre”, ahora hay hombres en armonía con la Naturaleza, incluyendo ahí el propio hombre como un Ser Natural… Con la peculiaridad de allí ser respetada la tendencia intuitiva e natural de éste a la “sacralidad”, como característica esencial que lo diferencia de los otros “bichos naturales” no - humanos…
El Hombre como “vehículo armonizador” entre la “naturaleza profana” y la Naturaleza Sagrada, está palpable por todos los lados en el Monasterio: se puede decir que “por allí”, existen “hombres a servicio de Dios”, realizando de forma palpable La Obra de Dios en la Tierra… Y eso, sin se hablar por allí de Dios para nada… Bien al contrario de lo que se puede observar en A. P., donde el nombre de Dios lo siento como siendo más utilizado como “fachada” para realizar en la Tierra las obras del “ego disfrazado” con ropas "pseudo-espiritualistas"…
Las tres horas que pasé en el Monasterio y sus alrededores, es poco tiempo para realmente conocer la obra que allí está siendo ejecutada… Necesito conocer más a fondo aquél trabajo sin dejarme llevar por la primera impresión que fue agradable, y que seguramente tiene mucha influencia de la “novedad”… ¡Debo volver por allí en el futuro con más tiempo disponible!...
Ibiraçú - ES – 16 / VII / 2000.

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