87 - LA OLIMPIADA ZEN

La Olimpiada está acabando… Dos semanas de competiciones aguerridas que acentúan las “diferencias”, transformando el símbolo de los cinco anillos entrelazados en una incongruencia: ¡La realidad de los hechos sería mejor representada por un símbolo con un millar de bolas furiosamente se entre-chocando entre sí!…
La validad del evento es que él representa una “guerra de mentira”, tal vez una “válvula de escape” para que la acumulación de “energía competitiva” planetaria, no se transforme en una guerra de hecho…
Hoy me parece, que la historia de las Olimpiadas está tan marcada por divisiones y luchas, que investir en ella como un camino que consiga traer una especie de “hermandad planetaria” es una idea quimérica: Hasta la idea de organizar una olimpiada eliminando la presencia de banderas nacionales, como proponía días atrás, me parece inútil, por representar una tarea prácticamente imposible de ser aceptada en función del histórico del evento calcado en la competición…
Hoy me parece más viable investir en organizar algún tipo de Olimpiada Zen, con la frase de Dogen que citaba el pasado día 29 / VII / 2000, en substitución a la frase del Barón de Coubertain, la cual propondría “nuevas metas” a ser alcanzadas por los participantes de esa Nueva Olimpiada…
Siguiendo los rastros dejados por Dogen en vez de las huellas del Barón, me parece que estaremos en mejor camino para llegar a la auto – realización individual y colectiva de cada ser humano sobre la faz del Planeta, y llegar así a transformarnos en verdaderas “neuronas” del Cerebro Global…
Ubatuba – 28 / IX / 2000.