quinta-feira, 31 de março de 2011

204 - CHICO DOIDO (PACO CHALAO) - Parte I


Chico Doido, además de mi vecino, es también el dueño de la casa donde vivo…
Él tiene un carácter retorcido y problemático, del cual su apodo nada revela… Me parece que él es un buen “material de estudio” para hacer una análisis en las áreas de Psicología Clínica y Psicología Social
Él es “fuente de problemas” para cualquier persona que entra en su “área de influencia y dominio”: Familia, empleados, inquilinos (éste último es mi caso)… Toda esa “área de influencia”, él la siente en lo más hondo de su “mente de psicópata” como siendo una especie de “territorio de propiedad”, donde ejecuta su “ejercicio de Poder psicopatológico”…
Así por mis lados, enseguida empecé a sentir actitudes de él que no eran comunes en las personas con las cuales habitualmente tratamos… Él quería saber “todo” sobre mí; y yo intentaba satisfacerlo sin reservas, pero él nunca quedaba satisfecho, mostrando abiertamente su desconfianza, como si yo estuviese escondiendo de él alguna “cosa importante” sobre mí, la cual él tendría derecho a saber por yo haber entrado en su "área de dominio"…
Y así veía yo con curiosidad él metiendo la cabeza por la ventana de mi casa, mirando desde fuera lo que había dentro de ella… En la primera vez que salí al supermercado, allá estaba él esperándome a la vuelta para preguntarme donde había ido, lo que traía en los paquetes que tenía en mi mano, hábitos esos que se transformaron en rutina… Siempre que yo pasaba por delante de su puerta, allí estaba él sentado en una de las varias sillas que tenía en el lugar, invitándome a sentar en una de ellas para “conversar”, en realidad para preguntarme para donde yo iba o de donde yo venía, lo que haría por allí, etc…
Luego enseguida, percibí otro detalle significativo dentro de la misma línea de actitudes “invasivas – posesivas” que el sujeto adoptaba: en mis ausencias un poco más prolongadas, cuando yo volvía encontraba pequeños detalles cambiados dentro de mi organización habitual, lo que denunciaba que alguien había estado allí dentro en mi ausencia y alterado las cosas… Como él me había entregado apenas una llave de la puerta de entrada y ante mi petición de que quería también la “segunda vía” de la misma, él me dijo que ésta se había “perdido”, fue fácil deducir que en realidad esa “segunda vía” estaba todavía en su poder y con ella habría la puerta y entraba en mi casa para investigar los “detalles” de mi vida que él creía que yo andaba ocultando de él…
En la primera vez que salí de casa por varios días, entregué para él mi llave, pensando para mis adentros: -Yo sé que tú no necesitas de ella, pero puedes revolver tranquilo en mis cosas para encontrar los “secretos” que tú infundadamente crees que tengo…
SIGUE
Cavalcante - Agosto 2009

Nenhum comentário:

Postar um comentário