sexta-feira, 16 de julho de 2010

61 - TERGIVERSACIONES (CONTINUACIÓN II)

La última vez que estuve en España, hace 6 meses atrás, estaba yo hablando con dos ex compañeros de la Fundición, José Urízar y Julián Martínez (Ubilla) cuando estos me indicaron de lejos a Santiago Goicioechea, el cual pasaba por allí a una cierta distancia. Los dos comentaron conmigo, que Santiago era mal visto por los trabajadores de la extinta Fundición en general, principalmente por la propaganda que hacía de sí mismo en relación a la construcción de la Cruz de Bargagain, como si fuese el único y exclusivo responsable por la “hazaña”… Eso vino a confirmar mis sospechas (o certidumbres mejor dicho) sobre el carácter del sujeto, su exhibicionismo, la lengua poderosa que él tenía para aumentar sus méritos y disminuir los ajenos, etc, y reflejándose eso en la “formación de opinión” de la editora de las tarjetas postales, que era la dueña del estanco, lo cual había comprobado 4 años atrás…
Todavía conté para los dos ex compañeros, sobre un detalle que ellos desconocían… Como las piezas de la cruz eran muy grandes (la base me parece que llegaba a cerca de 400 kg.) y como no había cajas apropiadas para la construcción de los moldes, se siguió lo usual para casos semejantes: fue cavado un agujero en el suelo para hacer la función de “caja de contención” de los moldes, lo cual fue hecho en el local de trabajo ocupado por Santiago… Este estuvo reclamando bastante con el encargado, para que diese el servicio para José Mari Bengoechea, que era el otro moldeador que hacía piezas especiales de grandes dimensiones… ¡su petición no fue atendida por el encargado!… Fueron varios días aguantando el mal humor de Santiago e sus maldiciones contra la “idea imbécil” que tuvieron unos “montañistas chiflados” de hacer una cruz para instalar en la cumbre de Bargagain… La mayor parte del trabajo la hizo Santiago, pero también ayudó el propio encargado (Paco Azcárate) el hermano de este (Casto Azcárate) además de yo, que era el ayudante oficial de los dos moldeadores en la época (Santiago y Casto)…
Tiempos después, con la Cruz instalada en el punto culminante del Municipio de Alsasua, lo cual se transformó en motivo de orgullo para toda la comunidad local, Santiago cambió de actitud en relación a la Cruz: ya no maldecía sus idealizadores, y pasó apenas a ignorarlos en sus méritos para atraer todas las atenciones y méritos para sí mismo, lo cual no me extrañó, pues ese comportamiento estaba de acuerdo con el comportamiento habitual de él, que yo conocía hacía bastante tiempo…
Por eso todo que conté, es que no me extrañaría nada si el creador del bulo sobre el violín de mi padre, fuese el propio Santiago, pues cosas de ese tipo coinciden con su carácter que ya describí… Por lo que se, “Pepe (mi padre) y su violín” eran figuras simpáticas y populares en las décadas de 1920/30 en Alsasua, cuando era costumbre hacer serenatas debajo de las ventanas, por parte de muchachos enamorados para sus amadas… Mas esas “actuaciones” de Pepe, seguramente que no atraían solo simpatías, mas también celos y envidias, lo que generó ese bulo que fluctúa sobre una lápida con el nombre de mi padre, en el cementerio de Alsasua…

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