Hipocresía, Fantasía, Disimulación: son las “marcas” que distinguen el hombre “socialmente correcto” de la actualidad… Él es el “hombre viejo” bíblico en acción, queriendo se perpetuar, condenando al Hombre Nuevo a la Cruz como siendo “una aberración de la Naturaleza” y salvando Barrabás como su “semejante, apenas sin los disfraces arriba indicados”…
El hombre no es el “centro del Universo”, eso todos saben hoy en día… pero el “hombre viejo” que mandó a la hoguera a Bruno por denunciar la Fantasía que era la “visión antropocéntrica”, continua a puestos para defender las falsedades inherentes a su “naturaleza esencial” y perpetuarse en su condición de “hombre viejo disfrazado de electo de Dios”… Para él no importa mucho “lo que se es”, mas lo que “se aparenta ser”… Condena el prójimo, dedo acusador apuntando para él, condenándolo al infierno por cosas que él propio hace protegido por el velo del anonimato…
Él, el “hombre viejo”, el hipócrita que se anuncia como “hijo de Dios”, el “escogido de Dios” junto con su bando de correligionarios, él es en realidad el “cáncer de la Biosfera”… Su “virtud” es solo apariencia, es solo fantasía, ficción inventada y luego anunciada como siendo “la más sublime y divina verdad”…
El “hombre viejo” es el hipócrita que condena las faltas ajenas con vehemencia para mantener la ficción de su pureza, la falsa imagen de Hijo predilecto de Dios…
El Hombre Nuevo, sin boca, sin dientes, sin uñas, trae la redención para nuestra especie… Y la historia se puede repetir después de dos milenios, con el Hombre Nuevo siendo crucificado por el “hombre viejo”, éste pertinaz en mantener su egocéntrica fantasía de “representante de Dios sobre la faz de la Tierra”, así mismo como es en su versión actual de “hombre viejo” con la “simiente de la Transcendencia” se pudriendo en su pecho sin germinar, sin dar las “flores y frutos” de la Evolución Posible en dirección de la Perfección…
Hipocresía, Fantasía, Disimulación, atributos innatos del “hombre viejo”: ¡vuestro fin está próximo!... Con la Gracia del Cielo, hasta que ¡Al fin!...
Cavalcante – 8 / VI / 2008.
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