quinta-feira, 2 de dezembro de 2010

122 - OFRECERNOS A DIOS


Carta complementar a la escrita el pasado 21 / VII, para mi hijo Mauricio…

Querido Mauricio:
Estuve pensando sobre lo que te escribí la semana pasada, y se me ocurrieron algunas complementaciones para acrecentar a lo que allí te dije…
Existen en el mundo dos fuerzas antagónicas, a las cuales les damos el nombre de Fuerzas del Mal y Fuerzas del Bien… ¡Hacemos parte del Mundo, y dentro de nosotros también está presentes esas fuerzas!... En el lenguaje “popular – mitológico”, a veces aparecen personificadas esas dos fuerzas con los nombres de Dios y El Diablo…
El problema es que a veces no es fácil distinguir entre las dos fuerzas o “identidades personificadas”: Muchas veces el Diablo se disfraza haciéndose pasar por Dios, y anda por ahí engañando a los hombres…
Buda y Jesucristo son los dos mayores Maestros tradicionales de la Humanidad para guiarnos hacia Dios y salvarnos de las garras del Diablo. Mas ellos son muy difíciles de ser entendidos por las personas comunes y aparecen los “intermediarios” para “explicarnos” lo que ellos querían decir, y ahí es que aparece el peligro: La mayoría de las veces esos “intermediarios” son apenas “ciegos que creen que ven”, y en realidad se acaban transformando en representantes del Diablo, este el cual los confunde haciéndose pasar por Dios… y esos “intermediarios ciegos” empiezan a “guiar otros ciegos”, estos generalmente fanáticos dispuestos a descuartizar a quien quiera que encuentren por la frente y que no haga parte del mismo grupo de fanáticos siguiendo al mismo “guía ciego” que los guía…
Para no caer en un “mega – error masificado” de esos, es bueno seguir el consejo de Rajneesh (Osho): Soy a favor de Buda, mas contra el budismo; soy a favor de Cristo pero contra el cristianismo; soy a favor de Mahoma, mas contra el mahometanismo… Y yo de mi parte, como ya hay personas que anduvieron intentando crear el “rajneeshianismo”, soy contra esto, a pesar de simpatizar con Rajneesh…
Todos vosotros, Mauricio y tus hermanos que estáis por ahí en Japón, tenéis una inteligencia bien superior a la “media común”, por lo cual difícilmente haréis parte de un “movimiento religioso masificante” de esos que describí… Cuando salí de ahí, hace cinco años atrás, os dejé algunos libros, los cuales creo que pueden ayudaros para encontrar vuestros “valores esenciales” sin la necesidad de “guías externos masificantes” … Buscando por vosotros mismos, iréis a encontrar otros libros, o “herramientas”, o “aliados”, para no perderos en la complicada y enmarañada red de Caminos que los humanos abrieron y siguieron en busca de la Transcendencia de nuestra “condición terrestre” a través de nuestra historia sobre la propia superficie terrestre…
Yo particularmente, tengo una “visión evolutiva” del Universo: Para mí, este camina del “Caos para el Orden”, del “estancamiento putrefactivo” para la “unión armónica de las partes en el Todo Divinizante”… El TODO es DIOS y nosotros somos apenas partes de Él en “caminada evolutiva” hacia la “integración en Él”… Colocarnos a servicio de Dios, transformarnos en “herramientas de Él” para él hacer Su Obra, es atender a las Fuerzas del Bien… Nuestra mayor y más común equivocación, es la de creer que somos el “centro del Universo” y como tal comportarnos en nuestras acciones: pensar y actuar como si el Universo existiese para nos servir (como individuos, o como grupo religioso, étnico, o socio-económico) es seguir con las Fuerzas del Mal…
A menudo rezo para Dios, para que Él me permita discernir lo que de Él viene y lo que viene de su “opuesto”… Intento actuar de acuerdo con ese “discernimiento”, de forma a aumentar el Orden del Universo, intento aliarme al “movimiento de la Humanidad rumbo a la Perfección Evolutiva”, me esfuerzo por aumentar mi participación individual en el funcionamiento armónico del TODO…
Esas son mis “metas de vida”, que necesito vigilar siempre para corregir posibles (y frecuentes) desvíos de la Ruta…
Caro Mauricio, tengamos Fe en Dios, y vamos a intentar ser cada vez mejores “instrumentos de Él”… ¡El resto es apenas detalle!...
Un gran abrazo, mi hijo y hermano…
Alto Paraíso – 27 / VII / 2001.

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