¡Casa de los Artistas!... Un programa de TV que lanzó diez artistas semi-desconocidos al estrellato… Ellos quedaron en evidencia a los ojos del “gran público” y son festejados y admirados por las “masas”… ¡Diez sueños realizados!... Volando en las alas de la fama… De repente ellos fueron lanzados a las alturas de la notoriedad… ¿Y como será la “caída”, para el “mundo de la normalidad” y del anonimato que seguramente en breve los irá a “devorar” de nuevo?...
Mucha vanidad es estimulada con esos “viajes al mundo de la fama”… Hasta el propio cantor Roberto Carlos, un “famoso” que lleva muchos años en la “cúspide de la fama”, hace poco tiempo mostraba delante de las cámaras la precariedad de su “estatus”: perdió para la muerte su compañera que amaba, y él se mostró consternado
ante el “golpe del destino”, perdido y “sin rumbo”… Prenuncio de lo “inevitable”… ¡Todo lo que tiene “forma” se desvanece algún día!: ¡Rápido como las “formas” de las nubes en el cielo, o lento como las Siete Maravillas del Mundo Antiguo!...
¡Diez nuevos “famosos”!... Quien sabe, después de la “caída” inevitable, alguno de ellos se junta a mí para decir: Nada soy… apenas una “sombra” de la Luz Verdadera… ¡Cuanto más yo me disminuyo, más Ella crece dentro de mí!...
Me acuerdo de Roberto Carlos, que después de los primeros días de consternación, llegó a encontrar alivio en la Religión… Quien no tiene esa “válvula de escape”, quien cree que es el único artífice de su destino… ¡Ese ahí corre peligro de “caer” para nunca más se levantar!...
Yo sé que estoy siendo “llevado” por un Proceso mucho mayor que yo… Yo sé que mi “libertad” de ese Proceso es relativa y no absoluta…Soy “llevado” por la fuerza de un Gran Rio, contra el cual de nada adelanta querer luchar… ¡Sigo mi Destino!... ¡El “grupo de los diez” también!...
Cavalcante – 18 / XII / 2001.
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