124 - DOS DENTRO DE MÍ

Soñé... Estaba yo siendo impedido de entrar en una casa de amigos que normalmente frecuento, cuando una moza, que también era amiga de esos mis amigos, era la que me impedía la entrada, por haber llegado antes al lugar… Ella me decía: -Si quieres entrar aquí, tienes que pedir permiso antes a los dueños de este lugar…
Después de despertar, empecé a dar vueltas al significado del sueño y eso generó una serie de pensamientos y consideraciones…
Un tejado, un hogar, una familia, un “grupo social” (geográfico, religioso o económico) ese “conjunto de cosas” es lo que hace a una persona sentirse “alguien”… ¡Nada de eso tengo!... Y pasé a me sentir “nada”…
Un diálogo se estableció entre dos “partes” que existen dentro de mí:
-Yo soy del “mundo del mañana”- decía una de esas “partes” dentro de mí…
-El “mañana” no existe… ¡Apenas en tus fantasías!- rebatía la “otra parte” dentro de mí.
-Los lobos tienen sus cuevas para dormir, pero yo no tengo ni una almohada para reclinar mi cabeza… decía el Gran Maestro, antes de concluir: -Es que “mi Reino” no es de este Mundo.
- ¡Tonterías!... Los seguidores de ese que tu llamas Gran Maestro, montaron una “identidad social” palpable, con los huesos de aquellos que fueron eliminados por no pertenecer a la misma “entidad”; ellos hablaban de Amor, y hacían guerras; con una espada en una mano y una Cruz en la otra, pasaban por encima de los cadáveres de aquellos que mataban en nombre del Amor… A hierro, fuego y sangre, ellos edificaron su Templo que los acogía, y tu no mantuviste aquello que de ellos heredaste… ¡No tienes pasado, ni presente, ni futuro!... No tienes techo, no tienes hogar, no tienes familia, no tienes un “grupo social” que te identifique… ¡Eres NADA!...
-Soy una “célula prematura” del Mundo de Mañana… y si no construí las “bases sólidas” de ese Mundo Nuevo, por lo menos estoy empezando a “escribir” su Historia…
-¡Tu eres un loco; apenas eso!: Generaste hijos y no les distes un Hogar; ellos están perdidos y sin rumbo en el mundo… Ellos cuidan de aquella mujer que creyó en ti y que ahora te maldice por estar físicamente imposibilitada e dependiente de la caridad ajena… ¡Eres un fracaso!... ¡desperdiciaste tu vida y las vidas que de ti nacieron!...

Está amaneciendo… Llegó la hora de cerrar los ojos y oídos que el “mundo” me dio, y abrirlos para Ti , Dios mío…
En mi Silencio y Soledad oigo la Melodía del Alma…
Alto Paraíso – 7 / VIII / 2001.