sexta-feira, 31 de dezembro de 2010

148 - ISLA VERDE


Domingo. Adultos y críos, mis vecinos, de azada en la mano atacan compulsivamente cualquier yerba que descubren en sus patios. Son los mismos que en los montes de los alrededores colocan fuego indiscriminadamente en todas las plantas. Ellos aprendieron por la tradición que viene de siglos, que la naturaleza es una enemiga que debe ser subyugada, ahogada, eliminada… La mayoría de ellos no tienen ni una flor en sus patios… El “orden natural y bien visto” para ellos es la tierra desnuda, y de colores marrón y ceniciento… Yo no pienso así y dudo mucho antes de substituir una planta nativa por una planta ornamental de jardín… De vez en cuando algún crío del vecindario, de azada al hombro, me ofrece sus servicios por módicos precios, para acabar con todas las “hierbas dañinas” del patio de mi casa (generalmente no distinguen entre plantas ornamentales y las agrestes y acaban arrancando todo junto)…
Hace casi 200 años, el cacique indígena Seattle decía para los “conquistadores del Oeste Salvaje Norteamericano”, que somos todos hijos de la Naturaleza, hermanos del lobo, de las plantas, de las aguas, de las nubes y de las piedras… Por aquí todavía no llegó su mensaje y mucho menos provocó las reflexiones que él nos convidaba a hacer, a nosotros dichos “hombres civilizados”…
¡Que distante parece todavía la llegada del día en que el ser humano entrará en Comunión Armónica con el resto del Universo!...
A veces dudo de que ese día todavía llegue sin pasar por nuevas Atlántida, Lemuria, Sodoma y Gomorra…
Y yo por aquí, verde en el corazón y en el patio de mi casa, me quedo resistiendo al asedio de aquéllos que a mi alrededor quieren ganar un “dinero extra” para dejar mi patio del mismo color que el ceniciento de sus propios patios…
Espero no ser crucificado por causa de mi discordancia con la visión distorsionada de ellos, visión esa que viene siendo implantada en sus corazones desde hace varios siglos y muy difícil de cambiar de una hora para otra…
Cavalcante – 24 / II / 2002.

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