quarta-feira, 17 de fevereiro de 2010

18 - AMOR EN LA CAVERNA

Sobre otro trecho de Desencuentros, del pasado día 27: Amores no vividos y solo soñados, sombras del Amor Verdadero… ¡Mejor no te reencontrar para no me decepcionar!...
Utilizando la alegoría de la Caverna, de Platón: Pretender traer “realidades” vislumbradas del Mundo de la Luz para este “mundo de sombras” que es nuestra sub-realidad de la Caverna, solo provoca decepciones… ¡Los casamientos entre parejas están corrompidos por sueños abortados!...
Me acordé de un amigo compositor… Ya hace muchos años que no le veo… no se donde anda actualmente… Él “recibía” músicas y letras completas “sopladas en el oído”, de forma que para él mismo no tenía “explicación racional”… En los últimos tiempos que conviví con él, andaba a vueltas queriendo componer músicas de Rock “por él mismo” de forma “racional”… Decía que las “otras músicas” no eran de él mismo, que él era apenas un “instrumento” a través del cual aquéllas músicas se manifestaban en nuestro mundo…!El Rock sí, eran creación de él!... Yo particularmente no me sensibilizaba con el Rock que él componía, al contrario de las “otras músicas”, con las cuales sentía profunda identificación, músicas aquéllas que hablaban de “otros mundos”, de otras realidades más sutiles que las de “este mundo”…
Pues bien, aquél artista un día me hizo confidencias sobre su historia sentimental más íntima, sobre la convivencia con su primera novia cuando él era muy joven… Decía que cuando estaba junto a ella parecía que vivía en “otro mundo”, un mundo en que todo era alegría, gloria, éxtasis… Cuando él salía de las proximidades de la moza, parecía que entraba en “estado de letargo”, solo pensando en la hora de volver junto de ella, para poder volver a “vivir realmente”… La relación entre los dos era de carácter “ingenuo”: simplemente quedar en la “atmósfera” que rodeaba la chica, para él era como “estar en el Cielo”.
Después de dos años de ese Amor Platónico, con escaso “contacto físico”, la propia moza empezó a forzar la situación para traer la relación para un nivel más “terreno”, para el “mundo de las sensaciones”, para la excitación de los “sentidos instintivos”… ¡Él empezó a sentirse mal con el “cambio de situación”!... Y ante la presión de la moza para abrirlo para la “realidad sensual”, él quedó desorientado, entró en “colapso psíquico”, en las propias palabras de él: -¡Morí psíquicamente!...
Los padres comprobaron que “algo de anormal” estaba ocurriendo con aquél hijo en nivel de comportamiento social. Los padres lo pusieron en las manos de especialistas de psiquiatría, para con la ayuda de estos él volver a la “normalidad”. Por lo que él me contaba, quedó durante varios meses “al borde de la locura”… Poco a poco “nació para este mundo”, pues anteriormente estaba de “cuerpo presente” en este mundo, mas parte de su “identidad psicológica” todavía no había entrado en el nivel de la “atmósfera terrestre”: ¡El estaba en este mundo mas no era de este mundo!... Alguna parte de él había quedado para atrás en el momento de nacer…
Después del “choque y fuga” provocado por la relación con su novia, poco a poco fue se “situando en este mundo”. Cuando él quedó mejor asentado “por aquí”, los padres lo mandaron a la ciudad para estudiar. Se formó en carrera universitaria, pero la música, que desde la primera infancia se manifestaba a través de él de forma espontánea, siempre lo acompañó, incluso en los tiempos de universidad.
Cuando yo lo conocí, no sabía decir cuantas músicas ya había compuesto en toda su vida, pero que tenía la certidumbre de que eran más de cien. Un detalle curioso ocurrió con él en mi propia casa: estaban él y una amiga común que lo acompañaba mucho en sus actividades musicales, los dos tocando con la guitarra y cantando músicas compuestas por él, y él a veces preguntaba a la moza trechos de las letras de sus músicas que ya no se acordaba, y la moza le ayudaba a recordar…
Él acabó se casando con la primera novia, después de casi 20 años de interrupción de la relación: ¡Premio a la persistencia de ella, que nunca desistió de llegar a se casar con él, y siempre lo acompañó por los varios lugares en que él vivió, algunas veces más cerca y otras de más lejos, pero siempre insistiendo en su “meta de vida” que tenía la imagen de él!...
La última vez que los encontré, hace ya unos diez años atrás, ella estaba embarazada y esperando gemelos y planeaban ir a su pueblo de origen para que allí naciesen los niños.
El caso de ellos tuvo un final lo más feliz posible, seguramente…
¡Y seguramente, mi “amor platónico y cochambroso” ya relatado, también está donde debería estar, por que así tenía que ser!...
¡Aué, Raúl Seixas… no es para mí que tu cantabas!....
23 / VIII / 1998. Alto Paraíso.

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