terça-feira, 16 de fevereiro de 2010

9 -REFLEXIONES EN LA FRONTERA ENTRE DOS MUNDOS

Estoy sintiendo que están ocurriendo cosas que parece como si hubiese algo a mi alrededor queriendo “dinamitar” algo dentro de mí… ¡“Mi “corazón” de piedra!...
La primera “señal” que percibí fue a través de la lectura del libro Envuelto por la Luz – Una vivencia en la Frontera de la Muerte. En ese libro hay una frase que dice: Nuestra fuerza será encontrada en nuestra caridad. Asocié eso con una propuesta que me hizo mi hija para cuidar de mi mujer, ésta que irá salir del hospital y necesita alguien en casa para cuidar de ella, pues está sin habla y sin movimientos (las dos están en Japón, junto con el resto de mis hijos). Ya dije a mi hija que eso estaba totalmente fuera de mi programación para este resto de mi vida, además de que podría complicar mi jubilación e independencia por aquí en Brasil y crear más un “viejo” dependiente a ser cargado en las espaldas de ellos, mis hijos…
Mas con la lectura de la frase citada, quedé en duda y me pregunté a mi mismo si no estaré siendo egoísta y orgulloso, además de estar en falta con la caridad para con los otros… si no sería una actitud más correcta por mi parte la de ir a cuidar de mi mujer, aún mismo de que racionalmente no me sienta con ninguna obligación moral después de todo lo que ya pasé al quedar preso en las manos de ella…
Mi mujer, en cierto modo tiene la “caridad” más a flor de la piel que yo: es capaz de se conmover e intentar ayudar a los otros, a veces olvidando de las propias limitaciones… Mas por otro lado, el odio y la rabia están también más presentes y actuantes entre sus reacciones al relacionarse con el prójimo de lo que es común, lo que me hizo pasar por serias dificultades en mis tiempos finales de mi relacionamiento con ella, principalmente en los tiempos que viví en Japón: Aguanté a duras penas, los tres años que pasé por allí conviviendo con ella; además de la vida dura que los emigrantes pasan por allí, cuando llegaba en casa tenía que sufrir los ataques feroces de ella, insultos, desprecios y presiones sin fin para expulsarme de la familia y de Japón: ella destilaba odio contra mí por todos los poros del cuerpo (odio ese proveniente de la parte “diablo” que convive dentro de ella con la parte “ángel” también existente en ella). Ella, si no es un caso típico de aquél fenómeno conocido como de Dupla Personalidad por la Psiquiatría, está cerca de eso. (*)
Incluso, como yo me resistía a dejarlos y volver a Brasil por que me parecía que mi presencia era más necesaria junto a ellos (para darles apoyo en vez de dejarlos a la suerte con ellos mismos y con la presencia de ella, que yo sabía que era una persona emocionalmente desequilibrada) ella en un ataque de furia me acusó de cobarde y mentiroso, diciendo que yo mentía, que la verdadera razón de yo no salir de Japón era por que no tenía coraje de volver solo para Brasil, que si realmente quería el bien de la familia, el mayor bien que podría hacerles era salir de allí, pues yo iría a ser apenas una carga más a soportar con enfermedades y viejez, que me fuese para Brasil, al lado de mi amiga Dra. Rosa, que ella tenía mejores condiciones para cuidar de mí…
Al fin ella se fue del alojamiento de la empresa japonesa donde trabajábamos y llevó los hijos junto de ella…Empecé a pasar dificultades con la emigración para renovar mi visado. Sin su colaboración (ella es hija de japoneses) solo me restaron dos alternativas: o quedarme por allí en la clandestinidad, o salir de Japón: adopté la segunda opción.
Con la proposición de mi hija de volver para Japón, también llegó la promesa de que mi mujer iría a colaborar para obtener mi “permanencia legal” por allí. Juntando a eso la lectura de la frase del libro citado, mi posición de quedarme por aquí empezó a “balanzar”, surgieron dudas sobre si esa era mi actitud correcta en este momento.
Estuve pensando que tengo otras formas de “dedicarme a la humanidad” diferentes de aquella de la propuesta de mi hija, aún que tengan resultados tan dudosos como el de mi “entrega” al Proyecto Rumbo al Sol, cuando me entregué por una misión con la seguridad que era por una causa noble y en beneficio de la Evolución de la Humanidad, y al fin no obtuve nada que se podría presentar como “resultado benéfico” a favor de aquélla causa… Sin contar con los libros que ya publiqué, llenos de “buenas intenciones altruistas” y también fueron esfuerzos perdidos y sin resultados visibles… y ahora también estoy a vueltas con la publicación de un “boletín” para divulgar mis ideas, que parece que está siguiendo el rumbo de todos los trabajos anteriores: pérdida de tiempo, de energía y ningún consecuencia benéfica ni para mí ni para la Humanidad…
Y volviendo a la propuesta de mi hija, estuve pensando también, que al menos ahora, mi convivencia por allí junto de mi mujer podría ser más amena, con la “lengua venenosa” de ella fuera de operación… Y estuve pensando también, que tal vez llegó la hora de parar con mis ideas y proyectos para “mejorar el Mundo”, que tal vez eso está más allá de mis “pequeños” dotes humanos, que este resto de vida que me toca vivir, sería mejor aprovechado viviéndolo por causas más simples y humildes, como el de cuidar una vieja enferma…

En ese libro referido, Envuelto por la Luz, aparece también un esquema grandioso, donde nuestro “mundo conocido” es apenas una parte de un mundo mucho mayor, que tiene también otra parte paralela a esta, de calidad más sutil e imperceptible a nuestros sentidos comunes. Dentro de ese “esquema mayor” entidades espirituales (habitantes del otro mundo) aparecen como colaboradoras nuestras (los que estamos en este mundo) y aquí “encarnado” a veces, para obtener frutos convenientes a la Evolución de todo el sistema duplo de manifestación: La Muerte sería apenas el pasaje de este mundo nuestro conocido para el “otro mundo paralelo”. ¡Ese “esquema mayor” todo, es resultado de una vivencia de “casi-muerte” de la autora del libro, en una ocasión en que ella quedó por bastante tiempo con la muerte clínica de su cuerpo decretada por los médicos que la atendían!...
El hecho de ser un mensaje “asimilado” durante una “muerte clínica” de un ser humano, adiciona dramaticidad y peso al relato. Así mismo, resisto todavía, como lo hacía en mi libro O Campo Biopsíquico, a ese tipo de concepciones, y me pregunto si no será todo resultado de elucubraciones y teorías elaboradas en “este mundo”, por seres de “este mundo del más aquí” lanzados contra la “pared invisible” del “más allá” y “rebotados” por este, durante una situación dramática como la que es referida en el libro… Esa misma objeción ya la hacía en aquél libro mío citado, O Campo Biopsíquico, en relación a los esquemas presentados en otro libro, mediúnicamente elaborado, y de autoría de los médiums Waldo Vieira y Chico Xavier, libro de estos autores titulado Evolución en dos Mundos…
El relato de Betty J. Eadie (autora del referido libro Envuelto por la Luz) me conmovió realmente, al contrario del libro de Chico Xavier y Waldo Vieira, que me dejó frío y con muchas dudas en relación a las “técnicas mediúnicas” y los resultados obtenidos con ellas, el relato del libro Evolución en dos Mundos. Además de la dramaticidad acrecentada por haber estado clínicamente muerta durante la vivencia relatada, la autora de del libro citado, también refuerza ideas y conceptos fundamentales en la Historia Humana sobre la faz de la Tierra, lo que es representado por “palabras – clave” como Caridad y Amor.
Incluso, la autora del libro usa también otras “palabras – clave”, como Amor Incondicional y Amor Universal, para diferenciar ese tipo de “Amor Mayor” del “amor carnal” de este mundo que no pasa de un “envoltorio colorido e humanizado” para la atracción sexual básica de los animales. Esas “palabras – clave”, coinciden con las que son usadas en el Centro de Meditación que estoy frecuentando últimamente y ya citado en el capítulo 7 – LA LUZ DEL DESIERTO.
Me viene a la memoria también otro libro importante, LA VIDA IMPERSONAL, de Bennet, y también resultado de la “interligación mediúnica” del autor con Otros Mundos más sutiles (¿) donde dice que Él (el Creador) coloca en nuestro camino todo lo que necesitamos para llegar a encontrar a Él: un libro, un mensajero, una situación de “impacto transcendental”, etc… Mi libro del momento: Envuelto por la Luz, mi “mensajero”: el Grupo de Meditación, la “situación –crítica”: la decisión sobre lo que hacer en relación a mi ex esposa enferma…
Incluso, he andado viendo últimamente algunos capítulos de la telenovela de la noche de la TV – Globo, donde es presentado un mundo cruel, de relaciones humanas marcadas por la ambición desmedida, egoísmo sin piedad por el prójimo, todos riñendo contra todos para obtener ventajas personales sobre los otros: ¡Un mundo de “desamor” es allí representado!... Ayer aparecían dos hermanos, a los cuales la vida había separado durante muchos años debido al clima sórdido de disputas que existía en la familia original, y que cuando se re-encuentran después de muchos años, habían reiniciado los viejos conflictos que existían entre ellos, en el episodio de ayer, esos dos hermanos ceden a un impulso “más ameno” y “bajan las armas”, llegan a aproximarse con paso vacilante y ensayan un tímido abrazo… ¿Un detalle más de lo que decía al comienzo, de existir cosas a mi alrededor que parece que quieren “dinamitar” mi corazón de piedra?...
Me viene a la memoria también la imagen Sufi del “corazón alado”, simbolizando el aspecto humano a través del cual tenemos más posibilidades de llegar al Hogar del Padre del Cielo…

Y volviendo al libro Envuelto por la Luz, existe un trecho donde la autora dice que Dios es Amor, comprensión, tolerancia, perdón; el “abrazo” de Él, cuando conseguimos sentirlo, nos transforma profundamente y nos llena de deseos de “nunca más salir de Él”… Opuesto a la idea de Dios adquirida por la autora en su infancia a través de la educación religiosa que tuvo, esta la cual le presentaba un Dios severo, vengativo, opresor: ¡alguien a ser temido y no a ser amado!...
Esa idea nefasta de Dios, es idéntica a la que a mí también me enseñaron en mi infancia los religiosos que cuidaban de mi “educación”… Hoy en día entiendo que “el miedo de Dios” es apenas un arma de dominio, utilizada por “egos fuertes” para controlar egos más frágiles, hablando en nombre de Lo Más Sagrado para imponer una falsa imagen de poderío sobrenatural… La autora del libro citado, dice que no tiene rencor contra sus educadores religiosos, que tanto la hicieron sufrir en su infancia con aquella forma errónea de educación. Ella dice que solo tiene compasión por ellos, diciendo que son apenas “sufridores” que hacen sufrir a aquellos a su alrededor que consiguen influenciar, tal vez consiguiendo con eso “mitigar los propios dolores” (¿)…
Existe un Plan Mayor por detrás de todo el esquema: castigador y castigado se “burilan” mutuamente hasta llegar a descubrir la Piedra Preciosa que existe dentro de cada uno (¿)…

Yo también, sufrí presiones pesadísimas provenientes de la “educación religiosa” cuando era niño. Crecí aterrorizado, bajo estado de terror inducido continuo, por causa de un fraile-confesor octogenario y con las facultades mentales estropeadas, que salía del claustro para aterrorizar a quien acudía a su confesionario para “ponerse en día con sus pecados” y librarse del “castigo eterno del Infierno”: él en su locura me imponía condiciones imposibles de cumplir para obtener el “perdón de los Cielos” y así librarme del Infierno…
Solo cuando ya era adolescente es que llegué a la conclusión de que “aquélla historia del Fuego Eterno” me esperando para después de esta vida, no pasaba de “terrorismo psicológico” de la Institución Religiosa, para aprisionar en sus “redes de acero” a las ovejas pastoreadas… La situación religiosa en el medio social donde crecí, no era muy distantes de los tiempos de la Inquisición, cuando las “ovejas descarriadas” eran quemados en plaza pública para servir de ejemplo para todos, sobre quien era el que mandaba allí, sobre las vidas, actos y pensamientos de toda la sociedad congregada alrededor de la Iglesia del pueblo…
Y había que vivir en alerta continuo para no cometer deslices que pusiesen a muestra la “insubordinación” contra las directrices marcadas por la Iglesia… Cuando ya era adulto y estaba cumpliendo el servicio militar, en una conversación con otro soldado, dejé entrever que yo “tenía dudas” sobre aspectos de la Religión que él consideraba que era herejía imperdonable dudar: ¡él reaccionó diciendo que iría a denunciarme ante el Páter (el responsable religioso por la tutela de la tropa delante de los Ojos de Dios)!... Fue un Dios nos acuda para hacerle entender que él había interpretado mal mis palabras, que yo no tenía nada contra la Iglesia y sus Dogmas inflexibles, etc, y convencerlo de que no hiciese su denuncia de ateísmo y herejía contra mí… Sentí en aquélla ocasión en la propia piel lo que deberían sentir “las ovejas descarriadas” al ser mandadas para las hogueras inquisitoriales algunos siglos antes…
Aún que en la adolescencia, en nivel conciente, yo ya había descubierto la farsa que era aquélla historia del “fuego eterno” a nuestra espera para aquellos que no nos sometíamos a las directrices de los representantes de Dios en la Tierra, así mismo el mal estaba hecho sobre mi psiquismo en formación, principalmente en el aspecto emocional: ¡yo era incapaz de manifestar emociones, sentimientos, dolor, placer, etc!…
Como ejemplo, cuando tenía unos 11 años, rompí mi brazo en dos lugares y el codo salió del lugar, cuando estaba en la escuela. El dolor era insoportable. Así mismo no dije nada a nadie. Fue un suplicio hasta que conseguí colocar el brazo roto en el bolso del abrigo e ir caminado despacito para casa. Cuando llegué a ésta, no aguantaba más y tuve que reconocer para mi madre que había ocurrido “alguna cosa fea” con mi brazo. La fractura fue grave, y el médico del pueblo ayudado por otras dos personas que me inmovilizaron a la fuerza, colocó violentamente el brazo en el lugar, sin anestesia ni nada parecido: la operación fue repetida varias veces, pues el codo salía una y otra vez de su lugar, hasta que desistieron y me mandaron para Pamplona, para el Hospital de la Capital de la Provincia, donde fue constatado que mi brazo tenía dos fracturas en la altura del codo, lo que impedía los huesos quedar en su lugar… Tardé un año en recuperar los movimientos de mi brazo… Pero lo que quería resaltar con ese episodio, es la incapacidad mía de expresión emocional, tanto por el lado del dolor como por el lado del placer…
Hasta las “palabras – clave” que expresan esos sentimientos y emociones, fueron excluidas de mi “diccionario personal”, esas palabras parecía que quemarían mi boca si fuesen pronunciadas: ¡Dios y Amor, eran dos de esas palabras que estaban cerradas “a siete llaves” dentro de mí, impronunciables!... Esas palabras y otras de contenidos contiguos, quedaron excluidas de mi vocabulario. Y mucho más excluidos quedaron el “mundo de conceptos” que ellas expresan: ¡parecía que una losa de cien toneladas pesaba sobre mi psiquismo emocional para no dejarlo aflorar!...
La sexualidad, como una variante de las emociones, también la ví afectada. Me inicié en esa “actividad”, que era placentera por lo que sabía, a los 26 años… ¡enfrentar el “bicho mujer”, que yo divinizaba en mis fantasías, fue un verdadero tormento!... Acudí a un psicoterapeuta para saber lo que había de erróneo conmigo, y a través de él descubrí el poder negativo que había ejercido la educación religiosa sobre mi formación psíquico – emotiva, con profundos disturbios dejados como resultado en mi edad adulta… Estuve dos años en tratamiento psicoterapéutico, hasta la edad de 28 años, cuando vine para Brasil como emigrante.
Mejoré bastante en ese aspecto deficiente de mi psiquismo, pero noto que todavía existe mucha cosa “empedrada” dentro de mí… asocio mi situación con las de los árboles de la región en que estoy viviendo, de suelo pedregoso y seco, lo que se refleja en los árboles retorcidos, nudosos e de cáscara gruesa: ¡tanto esos árboles como yo, no crecimos en situación favorable para llegar a la vida adulta con aspecto bello y erecto, al contrario!... Y después de adultos, tanto ellos como yo, estamos en una situación en que llegar a quedar con el aspecto de buena formación de nuestros congéneres mejor tratados, eso a estas alturas es imposible… ¡las “marcas” de nuestra formación defectuosa son indelebles!...
Voy a repensar la propuesta que me hizo mi hija, de ir para Japón a cuidar de mi ex mujer enferma…
Incluso, en el inicio del próximo mes voy para Belém de Pará, a conocer mi primera nieta que nació por allí… voy tomar algún tiempo antes de decidir dar una “revira-

vuelta” total en mi vida, como la que me propuso mi hija…

Otro detalle del libro Envuelto por la Luz que me llamó la atención, fue el relato de una visión que la autora tuvo durante su vida fuera del cuerpo, y que ocurrió en el espacio de tiempo en que estuvo con la muerte clínica decretada pos los médicos… ella visualizó una niña, de aspecto angelical, metiendo las manos en los bolsos de su marido y haciendo otros gestos específicos…
Algún tiempo después del retorno a la vida, ella y su marido adoptan una niña. Existe una historia conmoverte durante el proceso de adopción.
Después de 3 ó 4 años de convivencia con la hija adoptiva, la autora del libro “lleva un susto”: la niña y el marido componen la escena de la visión, además de hacer otros gestos, todo eso de lo cual ya no se acordaba de haber ocurrido, pues ni había identificado hasta aquél momento la hija adoptiva con la niña de la visión…
Sirven como comentario para describir una situación de esas, las palabras de un conocido mío, el cual ya pasó por situación equivalente varias veces: -¡Esto yo ya lo viví!...
La misma cosa en relación a mí, en un episodio que ya conté en otro lugar: Es sorprendente la tomada de conciencia, de vivir una situación inesperada y que de repente te acuerdas de ya haber estado en la presencia de aquella situación en el pasado, sea a través de un sueño (generalmente) o en una situación de vigilia (con menos frecuencia) y la cual no se encontraba en tu memoria conciente del momento en que es vivida la situación real… ¡solo estaba faltando todos los elementos presentes en la escena actual, componer el cuadro exacto, para sentir como si fuese un latigazo en la conciencia!... Solo resta comentar como aquél mi conocido: -¡Esto yo ya lo viví!...
En lo que a mí se refiere, creo que entiendo el “por qué” de ese tipo de fenómeno paranormal específico haber ocurrido conmigo… En relación a los fenómenos paranormales en general, admitía la posibilidad de la existencia de la Telepatía, asociándolo con la radio y TV: si estos son una realidad, es posible que a veces formemos un sistema emisor – receptor entre dos cerebros. En el caso de la Levitación, lo comparaba a la acción del imán, y así por delante. Pero en el caso de una Antevisión, ese tipo de comparaciones no es posible de hacer; hay que recurrir a teorías más complicadas y poco convincentes. Así, el fenómeno que más me intrigaba era el de la Antevisión, estar en presencia de algo que irá a ocurrir solo en el futuro. Y decía para mí mismo: -Si realmente existir ese tipo de fenómeno tan intragable para mi comprensión, voy a quedar siempre en duda en relación a mi intelecto y razón, pues estos se pondrán a descubierto como siendo impotentes para conocer la Verdad Última…
Tuve la Antevisión… Mi Razón quedó en pésima situación… Yo sé que a través de ella nunca conoceré la Verdad Mayor…Por eso mi interés en buscar referencias sobre místicos y contemplativos, aquellos seres que pasaron por la Tierra dejando un rastro de leyendas y mitos, que cuentan sobre los Poderes y Sabiduría especiales y superiores que ellos tenían…
Imitando Sus Gestos, tal vez alcancemos sus Visiones y Comprensión…
Y el “ablandamiento” del corazón, tal vez sea parte de la formación de esa Visión Superior que aquéllos “visionarios” tenían, una Forma de Ver más allá de la “comprensión usual”…

(*) Sobre el caso de mi mujer todavía, además del enfoque de la Psicología Clínica para entender los comportamientos tan dispares y opuestos que se pueden observar en ella, puede ser dado otro “enfoque” también, el del Esoterismo – Espiritismo. Mi mujer fue adoptada cuando tenía 8 años por una pareja de italianos, los cuales frecuentaban Centros Espíritas, donde buscaban ayuda y alivio para todo tipo de problemas y dificultades que normalmente nos encontramos durante la vida, sea de carácter espiritual, de salud, o financieros…Cuando mi mujer tenía 20 años pasó por un problema de relacionamiento grave dentro del seno de la familia que la adoptó, lo que le trajo problemas psíquicos profundos: ¡Quedó enajenada mentalmente, y no conseguía ni reconocer la identidad de las personas que la rodeaban en la convivencia diaria!... Ella fue tratada en un Centro Espírita, donde recuperó la memoria e identidad.
Aquéllos que ya estudiaron los fenómenos que ocurren en ese tipo de Centros, saben que allí son accionadas diversos tipos de energía, psíquicas y espirituales, positivas y negativas, constructivas y negativas, o como dicen en esos lugares, allí acuden Espíritus buenos y malos, Espíritus de Luz y Espíritus de las Tinieblas… Un “trabajo” de esos mal orientado, puede proporcionar resultados desastrosos… Puede ser que en el caso de Yoko, mi mujer, cuando volvió a sí, no volvió apenas su yo histórico original, mas puede ser que absorbió algún “otro tipo de energía” (o incorporó algún tipo de espíritu maléfico, como acostumbran explicar ese tipo de anomalía dentro de la terminología usada en esos centros espíritas)… Así, lo que quiero decir es que la faz Angel de Yoko puede ser su faz original y propia; mientras la faz diablo podría haber sido adquirida durante el accidente psíquico sufrido en el fin de su adolescencia…
Por otro lado, para la Ciencia Oficial, que considera los “fenómenos del Alma” (percepción, memoria, pensamiento, etc) como siendo un epifenómeno de la Materia, es inviable la aceptación del hipotético caso de dupla personalidad de mi mujer, como siendo un caso de incorporación de espíritu maléfico, (“encosto” en la terminología espírita) por que eso implica en la aceptación de la posibilidad de la existencia de Vida del Alma fuera del Cuerpo. Mas, así mismo, y a pesar de tener mayor “afinidad básica” con el Racionalismo Científico, que no acepta la posibilidad de la existencia de la Vida Fuera del Cuerpo, tengo que reconocer que en muchos casos me resultan simpáticas las “explicaciones” que los espíritas dan a algunas situaciones, donde ocurren fenómenos donde la Ciencia Oficial solo muestra la “pared oscura” de las Fronteras de lo Desconocido… ¡Por lo menos ellos, los espíritas”, parece que “lanzan alguna luz” donde la Ciencia solo nos muestra oscuridad!... Y me acuerdo también del venerable filósofo Platón, que hace veinticinco siglos atrás ya postulaba que este nuestro “mundo de las formas” que normalmente consideramos como siendo la única “realidad posible”, es en realidad una “apariencia”, un “engaño de nuestros sentidos”, un mundo de sombras proyectadas del MUNDO REAL DE LA LUZ (en los términos originales de Platón, Mundo de la Idea)…
En resumen, nos recogemos en nuestro “reducto agnóstico habitual”, en compañía de Shekespeare: Hay más misterios entre el Cielo y la Tierra que aquello que la vana Filosofía (o Ciencia) consigue entender…
11 / VII / 1998. Alto Paraíso.

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