quinta-feira, 18 de fevereiro de 2010

23 - EL GRENLIN


Hoy, de nuevo me sentí como siendo un gusano asqueroso: ¡Es que vino a mi memoria mi “crimen contra la Naturaleza”, el pozo parcialmente enterrado y sobre él, el desagüe del retrete hecho por mí en el pasado!...
Estuve diciendo para mí mismo: -¡Mi crimen no tiene perdón!...
Ese pensamiento de hoy, representa de forma atenuada la tensión psíquica que me acompañaba en mis tiempos de infancia, tensión esa provocada por el “miedo del castigo eterno del Infierno” anunciada para mí por mi “confesor chiflado”…
Hoy anduve reviviendo dentro de mi conciencia, el Infierno Astral de aquéllos tiempos… -El mal está hecho… eso es irremediable e imperdonable… Aún que consiga hacer obras que eviten el acceso de futuras porquerías en el local, la contaminación de las aguas subterráneas en los alrededores de aquél local es irreversible. .. No tengo condición moral de reclamar si alguien me provocar algún mal, pues yo también soy un malvado imperdonable… ¡Soy merecedor de cualquier castigo que caer sobre mí, venga de donde venir!... Así estuve recriminando a mí mismo durante la mitad del día…
Después de andar me torturando a mí mismo por esos pensamientos durante varias horas, apareció una pequeña luz que vino a traerme algún consuelo… Abrí el libro Maktub, de Paulo Coelho, en la página 125, y allí leí: Los antiguos Maestros creaban personajes para ayudar a sus discípulos en la manipulación con los aspectos más sombríos de su personalidad. Muchas de aquéllas historias que ellos creaban, acabaron se transformando en famosos cuentos de hadas. El proceso es simple: basta colocar las angustias, miedos, decepciones, como provenientes de ataques de un “villano” invisible que se encuentra en el lado izquierdo de nosotros mismos; “villano” ese que continuamente nos asedia y nos sugiere para adoptar actitudes y ejecutar acciones condenables, que el “lado sano” de nuestra personalidad no quiere ejecutar, mas al fin acabamos ejecutando aún mismo que no queramos hacerlo…Una vez creado tal personaje, queda más fácil no obedecer a sus consejos… Es muy simple y funciona muy bien dentro del proceso de auto-perfeccionamiento de la personalidad…
¡Aquéllos Maestros conocían el Grenlin (*) antes de ser llamado en los tiempos modernos con ese nombre!... ¡No soy apenas mi Grenlin!... ¡Gracias Dios mío, por acudir en mi auxilio poniendo en mis manos ese texto de Maktub!...
San Pablo también ya escribió: El bien que quiero hacer es lo que no hago y el mal que no quiero hacer es lo que al fin acabo haciendo… ¡Incongruencias del ego humano bajo dominio del Grenlin!...

(*) Personificación de nuestro aspecto psíquico más primitivo y subdesarrollado.
7 / IX / 1998. Alto Paraíso.

Nenhum comentário:

Postar um comentário